La idea inicial del proyecto surge a partir de la lectura del entorno, su clima y su topografía.
El programa se desarrolla entre dos crestas contenedoras del terreno respetando las cotas de nivel permitiendo que el programa se desarrolle en dos niveles aterrazados, generando ampliaciones sobre las cuales la propia vegetación puede continuar su curso sin causar un impacto significante en el medio ambiente, logrando así mimetizarse con el ecosistema y permitiendo al usuario interactuar con este. Se plantea un sistema estructural sencillo y de fácil ejecución, utilizando materiales locales como la roca, tanto en la estructura como en revoques finales, proporcionando así un acabado austero y respetuoso.
El refugio no toma posesión del entorno, lo contempla, permite que este lo moldee y luego se fusiona para lograr de esta manera pasar a ser parte de este. El usuario vive y contempla la naturaleza, no deja rastro, solo reflexión.